Campaña Antártida 2006




Cuarta parte

Queridos amigos:

Desde el fondeadero Visca zarpamos hacia la base polaca Antartcpowski, a la que arribamos en menos de una hora. Mientras el Ice Lady se quedó gareteando, bajamos  en un solo gomón Carlos Vairo, Pinino Orri, Pepi May, Pablo Ciancio y yo, para relevar los alrededores de la misma. En la costa ya nos esperaba un asistente polaco, que muy amablemente nos acompañó todo el recorrido. La zona ya había sido removida y los vestigios de la actividad ballenera habían sido acumulados en un solo lugar en el piso, a la intemperie. Allí mismo lo fotografiamos, filmamos y tomamos nota. Ante la insistencia del asistente, y para no parecer antisociales, pasamos al interior de la base a tomar un te. Adentro nos recibió el jefe, parecido a Lenin, que no hablaba ingles, así que pasamos al alemán. Había en ese momento una especie de fiesta de todos los polacos, con una tripulación de un helicóptero brasilero también, una mesa de comida fría puesta a todo, música, vodka y hasta una mujer!!!!!!. Ella era la radio operadora, también era buzo, rubia, nada fea y muy simpática, le agregó vodka al jugo de naranja que tomó Pepi, el único abstemio del grupo. Hubiéramos seguido un rato largo, de no ser por las insistentes llamadas que nos hacían por el VHF desde el Ice que seguía gareteando impaciente.

Volvimos a bordo con una información del jefe polaco sobre la existencia de restos balleneros no muy lejos a media hora de allí, así que allá fuimos y fondeamos ya de noche (si se puede decir tal cosa en febrero en la Antártida).

Con mucho entusiasmo, a la mañana siguiente comenzamos la búsqueda en varios botes, que resultó totalmente infructuosa. Ya a la tarde, levamos anclas y volvimos al fondeadero Visca, donde también estaba fondeado el aviso Castillo, de la Armada Argentina.
Debido al racionamiento de agua dulce a bordo, ya el tufillo a sucio empezaba a incomodar a algunos, mientras en la cocina se seguía usando agua salada para lavar los enseres. Nuestro waterman, Palmeyro, propuso preguntarle al capitán del Castillo si podrían facilitarnos algo de agua, a lo cual contestaron con mucha amabilidad que nos abarloáramos a ellos para pasarnos una manguera, cosa que hicimos inmediatamente.

Mientras duraba la maniobra del agua, nos invitaron a visitar el aviso y nosotros a ellos, con lo cual se produjo un intercambio de tripulaciones visitantes. El capitán invitó además a un grupo reducido nuestro a compartir un abundantisimo copetín. Sus técnicos también nos mejoraron el funcionamiento de nuestro segundo radar, que se había descalibrado. Además, nos ayudaron a mejorar el rendimiento de nuestra productora de agua, o sea, el personal de la Armada nos hizo un service completo.

¡Que  bien que nos vino!!!!  ¡Gracias Armada Argentina!!!!!
Hasta la próxima.

Cordialmente
Guillermo May

info@buquepatagonia.org